“Debes trabajar duro” y con “mucha constancia” para lograr el dinero y tal vez con un “toque de suerte” lograr el éxito. Palabras más o palabras menos son las expresiones que desde chicos retumban en nuestros oídos, es decir; la fórmula mágica de: Trabajo + Sacrificio = Dinero.                                             

Pasamos gran parte de nuestra vida trabajando el 50% del día y en ocasiones más tiempo, para así lograr pagar los servicios básicos, la hipoteca de la casa, giro del carro, estudio de los hijos y ahorrar algo para en el mejor de los casos disfrutar de un par de semanas de vacaciones al año, me refiero con este ejemplo al ciudadano promedio, ese que se encuentra en la categoría social B, C o D, clasificaciones genéricas de estratos sociales que se hacen en cualquier país del mundo.

Jamás he puesto en duda que se debe trabajar duro y con mucha constancia para lograr el dinero y hasta  el éxito, pero tenía claro que faltaba una parte de la historia, ¿Será entonces que la fórmula Trabajo + Sacrificio = Dinero está equivocada?.. Comencé a evaluar a las personas tanto famosas como en mi entorno que habían logrado obtener dinero holgadamente, el término holgado lo utilizo para remarcar que obtienen más dinero que aquel necesario para pagar su  presupuesto básico del día a día, logrando además el éxito en cualquiera de los entornos que se desarrollaron. Es importante también tener claro el concepto de éxito y no confundirlo con fama, esta última es en forma general un hecho o circunstancia que reconoce las cualidades de una persona o cosa por mucha gente, y puede estar relacionada o no con el éxito, la fama es una decisión adicional que se puede obtener hasta en la ignorancia o en el mal proceder, mientras que el éxito debería ser nuestro horizonte, porque es el resultado feliz y satisfactorio de un asunto, negocio, actuación o logro de nuestra vida, independientemente que esté o no reconocido por otros. El éxito es muy personal, tanto en su ejecución como en aquello que cada quien siente cuando lo obtiene.

Ahora bien, retomando el tema.

La variable que observé y se repite en las personas económicamente solventes y exitosas, es que “hacen lo que realmente les gusta y apasiona hacer”

En término claro: Lo que les da su gana, concluyendo entonces  que la fórmula no está equivocada solo está incompleta. Entendí  que la parte de la ecuación que falta se perdió en el camino, en ese lugar donde se pierde lo sencillo, porque a los seres humanos nos encanta lo complicado: ¿Por qué hacerlo fácil si se puede hacer difícil? Ese parece ser el lema.

La fórmula completa es: (Trabajo + Sacrifico + Hacer lo que realmente me gusta = Dinero y Éxito Seguro) y de esta forma quedó resuelta la gran interrogante.

Comenzar por las conclusiones resuelve rápidamente el enigma de la historia; pero esto va más allá, y es evaluar las razones por las cuales terminamos haciendo en la vida el Deber Ser y no el Querer Ser.

El mundo gira alrededor de estatus y posiciones sin sentido, y cuando no se tiene el suficiente dinero para que te reconozcan por el grueso de tus cuentas bancarias, entonces surge el sueño de una riqueza y posición enmarcada detrás de un gran título universitario que obviamente debe ser de las carreras clásicas, es decir; de esas que la sociedad decidió eran importantes, Médicos, Ingenieros, Abogados, Profesores, Arquitectos y afines, sin dejar por fuera el privilegio de pertenecer a alguna fuerza militar.

Esta creencia se transmite de padres a hijos tal cual como el apellido, y estamos convencidos que esa es la mejor decisión, la idea se instala en nuestra cabeza como un chip en un teléfono, si no esta el chip el teléfono no funciona. Tal vez debemos seguir la tradición de los padres, si tienen un buen consultorio con suficientes pacientes, el apellido de tu padre ya es reconocido; entonces se decide ser médico, y de esta misma forma le puedo dar cientos de ejemplos de profesionales frustrados y quebrados haciendo de vendedores, y no significa que el arte de vender sea malo, solo que tu no te gradúas de abogado para vender zapatos, o de ingeniero para ser visitador médico y de este último ejemplo podría hacerles no un cuento sino una historia, y aunque la carrera en la industria farmacéutica termina siendo muy hermosa, económicamente productiva, conoces cantidad de personas haciendo amigos en todas partes, progresas profesionalmente, te sensibilizas como ser humano porque te toca vivir de cerca el dolor de la humanidad caminando todos los días en los pasillos de cualquier hospital, entre otras tantas bondades que tiene esta noble labor.

Pero analizándolo en frío, no estudiaste Contaduría para terminar charlando con un médico sobre antibióticos, aunque también es cierto que ese puede ser  el oficio de tus sueños, y eso es válido y gratificante, sin embargo; lo importante es no dejar pasar los años en un empleo que solo llena un requerimiento netamente económico,  es triste llegar al final de ese camino solo por una estabilidad económica y darte cuenta que pasas 20 y hasta 30 años sin hacer lo que realmente anhelas hacer.

Cuando no se logran  los objetivos se culpabiliza a todo, al jefe, la pareja, el socio y hasta al amigo que recomendó el empleo, todo lo transformamos en excusas, y detrás de todas las justificaciones está un error de base, y es sencillamente no haber realizado, estudiado, desarrollado o sencillamente hecho lo que querías hacer, tu deseo más profundo, eso que desde la infancia disfrazado de muchas maneras pudo dar indicios que no fueron interpretados por vivir pendientes en el Deber Ser y no del Querer Ser, se nos pasan los años sin nisiquiera saber que nos perdimos en el camino.

En la infancia los padres se empeñan en inscribir a los hijos justo en todas las actividades complementarias que a los niños no les gusta, todos los varones deben jugar Béisbol y las niñas deben ser Bailarinas, el color azul para los niños y el rosado para las niñas, con la excusa que a esa edad el niño no toma decisiones, pero no se tiene la agudeza de escuchar al niño con todos los sentidos para determinar cuales son sus destrezas, sus inclinaciones, hacia donde van, el padre solo ve lo que quiere ver y hace ojos ciegos a lo que no quiere ver. De esta forma la vida transita y los padres continúan tratando de vivir sus sueños a través de los hijos, sin que el hijo viva sus propios sueños, como resultado: dos frustraciones y un circulo vicioso que cuesta romper.

¿Cómo creen que un nadador olímpico llega a ganar medallas de Oro, excelentes músicos a llenar escenarios, médicos eminentes a encontrar vacunas para enfermedades terminales, escritores que dejan huella a través de sus libros, políticos que dan su vida por una causa, constructores dueños de imperios inmobiliarios, Modistas embajadoras de la moda en el mundo? Con constancia y dedicación, la diferencia radica en que hicieron lo que ellos querían hacer. Encontrarás  cantidad de historias de éxito y la variable siempre será la misma.

Los invito a realizar un ejercicio familiar que resulta bastante enriquecedor, puede ser durante un desayuno o almuerzo de fin de semana, ese que por lo general están todos, y sin mucho preámbulo preguntas: ¿Si hoy tuviesen la oportunidad de continuar trabajando, haciendo o estudiando lo que hacen, o por el contrario tener la posibilidad de hacer otras cosas, que harían? ¿Qué te gustaría hacer? La respuesta debe ser inmediata, espontánea  y sin pensarlo mucho, te sorprenderá de todo lo que escucharás, aflorarán cosas que ni imaginas, y esas respuestas serán un llamado a la reflexión, esas revelaciones saldrán de cada corazón, de ese yo interno que pocas veces nos detenemos a escuchar.

Nunca es tarde para cumplir con tu rol de vida, todos llegamos a este plano con un fin, unos logran primero las metas que otros, algunos necesitan más aprendizajes antes de cumplir el objetivo.

Eso no es problema, aquí lo más importante es dejar el miedo y comenzar, cuando haces lo que realmente te gusta no existe horario, no existe cansancio, las horas faltan para lograr la perfección, el padre no tiene que presionar al hijo para que estudie, o practique a la guitarra, si eso es lo que realmente le gusta; lo hará como un juego y de manera eficaz.

Cuando comiences a cumplir con tu verdadero objetivo de vida, inclusive  muchas veces sin expectativas, verás como todo fluye y tu vida  irá tomando estructura de una manera  mágica imposible de explicar, acostumbrado a todo lo difícil te parecerá increíble que todo surja tan rápido y tan perfecto, pero esa magia  tiene una explicación,

Cuando haces lo que realmente te gusta, todas tus energías fluyen hacia un mismo destino, y ese destino se llama éxito

Inténtalo, nunca es tarde para vivir un sueño.

La vida  es una escuela universal de aprendizaje y cambios constantes.

Hasta pronto y un súper abrazo.

Harriett.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

X